Con la llegada de la Semana Santa, es momento de empezar a preparar los platos tradicionales de estas fechas.

Entre mis recetas estrella están las clásicas croquetas de bacalao de la Abuela Antonia, el potaje de garbanzos y espinacas, y el delicioso bacalao con tomate, que en casa disfrutamos durante todo el año. Sin embargo, mis favoritos siempre son los dulces: la jugosa leche frita, las tiernas monas de Pascua, panquemaos y tortas de nueces y pasas… aunque creo que mi postre preferido son, sin duda, las torrijas.
Este año decidí probar una versión diferente y preparé torrijas de horchata, y os tengo que confesar que me han enamorado. Su textura es muy suave y jugosa, y el toque de horchata les da un sabor riquísimo y especial.
Ingredientes
Para esta receta necesitaremos: 1 barra de pan, 500 ml de horchata, aceite de girasol, canela molida, azúcar y 2 huevos.
Preparación
Cortamos el pan en rebanadas de aproximadamente 2 cm de grosor. Vertemos la horchata en un bol e introducimos las rebanadas de pan para que se empapen bien. Luego, las colocamos en una bandeja sin apilar y añadimos más horchata por encima con una cuchara, para asegurarnos de que absorben todo su sabor.
Batimos los huevos en otro bol y ponemos a calentar abundante aceite en una sartén. Mientras el aceite alcanza la temperatura adecuada, mezclamos en un plato azúcar con canela molida.
Rebozamos las rebanadas de pan en el huevo batido y las freímos en el aceite bien caliente hasta que estén doradas por ambos lados. Las retiramos y dejamos escurrir en un plato con papel absorbente.
Para finalizar, las rebozamos en la mezcla de azúcar y canela, asegurándonos de que queden bien impregnadas.
El resultado son unas torrijas suaves, dulces y con el inconfundible sabor de la horchata. ¡No os podéis perder esta versión tan especial del clásico de Semana Santa!