Esta es una comida que suele gustar a todo el mundo, tanto a grandes como a pequeños. Es ideal cuando esperamos invitados, ya que podemos prepararla la víspera y guardarla en el frigorífico, dedicando nuestro tiempo a otros platos.
Además, resulta económica, porque sus ingredientes son asequibles, y es realmente agradable de comer. Por todo ello, considero que es una receta imprescindible que siempre debemos tener a mano. ¡Os la recomiendo!
Ingredientes
Para esta receta, necesitarás: 500 gramos de carne picada, 1 cebolla, 300 gramos de tomate frito, 2 huevos, aceite de oliva virgen extra, pimienta, sal, queso rallado y mantequilla. Para el puré de patata: 4 patatas grandes, leche, mantequilla y sal.
Preparación
Comenzaremos cociendo los huevos durante 10 minutos. Los enfriamos bajo el grifo, los pelamos y los reservamos en un plato. Paralelamente, cocemos las patatas para preparar el puré. Una vez cocidas, las pasamos por un pasapurés y las colocamos en una olla. Añadimos mantequilla y un poco de leche hasta obtener un puré muy espeso, ajustamos la sal y lo reservamos.
Por otro lado, preparamos la carne. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, rehogamos la cebolla bien picada hasta que esté pochada. Agregamos la carne picada, previamente salpimentada, y la sofreímos hasta que tome color. Añadimos el tomate frito, mezclamos bien y reservamos.
Para montar el pastel, untamos con mantequilla una fuente de pirex. Extendemos la carne en la base y colocamos los huevos duros cortados en láminas por encima. A continuación, cubrimos con el puré de patata. Espolvoreamos queso rallado por encima y gratinamos en el horno a 220ºC hasta que se dore.